Todos los recién nacidos lloran, sin embargo, si el tuyo comienza a llorar a todo pulmón sin razón o motivo aparente (como tener hambre, pañal sucio, frío o calor, etc.), lo más probable es que se trate de los llamados cólicos infantiles, también conocido como cólicos de lactante.

Para ayudarte a identificarlos lo más rápidamente posible, aquí te informamos cuáles son los síntomas más comunes y lo que puedes hacer al respecto para librar de esta terrible molestia a tu bebé. ¿Estás lista? 

Síntomas básicos del cólico de lactante

Un cólico de lactante es cuando tu bebé, sin estar enfermo o hambriento, comienza a llorar por horas seguidas sin razón aparente. Según especialistas, aproximadamente 40% de todos los bebés lactantes sufren de cólicos. Estos empiezan alrededor de las seis semanas de vida y suelen desaparecer a partir de la doceava. 

Podrás notar que cuando tu bebé tiene un cólico este...

• Comienza a llorar sin razón (aún recién comido y bañado).
• Su llanto es intenso, como si algo le lastimara.
• Se pone muy rojo.
• Cierra sus manos en puños, arquea sus piernas y su espalda, y endurece sus brazos.

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Los cólicos de tu bebé no son una enfermedad

Es importante considerar que los bebés que sufren de cólicos no están enfermos. De hecho, si tu bebé sufre de cólicos es muy probable que succione normalmente, tenga un sano apetito y produzca heces normales. Incluso, es completamente natural que regurgite su comida pues es señal de un sano movimiento gastrointestinal. 

No obstante, es importante considerar que la succión debilitada, la pérdida del apetito, la pérdida de peso o el constante vómito son importantes signos de alerta de que tu bebé puede tener un problema de salud subyacente. 

En estos casos, comunícate rápidamente con tu pediatra para realizar un chequeo completo de tu bebé y así descartar alergias, infecciones, bacterias, problemas estomacales, lesiones y demás.

¿Por qué mi bebé tiene cólicos?

Hoy en día, múltiples teorías abundan entre expertos sobre las causas reales del cólico de los bebés. Entre las teorías sugeridas se encuentran:

• Una posible intolerancia a la leche de vaca.
• Intolerancia a algunos ingredientes de las fórmulas lácteas.
• El consumo de alimentos que pueden causar cólicos como lácteos, soya, huevos o productos de trigo por parte de la madre durante la lactancia.
• La acumulación de gases retenidos por movimientos gastrointestinales.
• La acumulación de aire en el aparato gástrico del bebé (causado por tragar aire accidentalmente con alimentos líquidos o durante el llanto).
• Hipersensibilidad cuando el sistema nervioso continúa desarrollándose.
• El avance irregular de comida por el tracto digestivo del bebé.
• El reflujo gastroesofágico no diagnosticado.
• La diferencia en el temperamento y personalidad de los bebés, que aún no se adaptan al mundo fuera del vientre de sus madres.
• Que el cólico es una forma precoz y no diagnosticada de migraña.

Cómo aliviar los cólicos del bebé

Al no tener una causa definida, los cólicos de lactantes pueden ser tratados de distintas maneras. Entre las que nosotros te recomendamos se encuentran:

• Elimina la ingesta accidental de aire durante la comida de tu bebé con biberones anticolicos.
• Si estás amamantando a tu bebé, pregunta a tu doctor sobre posibles medicamentos y alimentos que puedas retirar de tu rutina para descartar así cualquier alergia.
• Identifica con tu pediatra si tu bebé sufre de alguna reacción alérgica a su fórmula y sustitúyela.
• Cuando comience a llorar, cámbialo de posición. Siéntalo, páralo e incluso camina con él en brazos.
• Arrulla a tu bebé en brazos y usa un chupón especial que aún le permita una correcta respiración.

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¿Cómo cuido de mi misma si mi bebé sufre de cólicos?

Los cólicos suelen ser situaciones muy incómodas para los padres. Si tu bebé sufre de cólicos es importante que recuerdes dos cosas muy importantes:

• Tener sentimientos negativos ante esta situación es muy natural y no te hacen mala madre o padre..
• Recuerda que todo va a mejorar con el tiempo.
• Está bien dejar a tu bebé en su cuna o su corral por unos 10 minutos para calmarte.

Como siempre, recuerda hablar con tu pareja de manera asertiva y apóyate en él o ella, cuando necesites un descanso rápido. Tampoco temas preguntar por ayuda a familiares, amigos y cuidadoras o niñeras, en caso de emergencias.

Recuerda que una mamá relajada ayuda más a su bebé.