Amamantar es todo un reto, mejora la experiencia de amamantar a tu bebé usando estos sencillos consejos que tenemos para ti.
Para muchas nuevas mamás, amamantar a su bebé no es tarea fácil, algunas lo llegan a encontrar incómodo, y hasta doloroso, Por más natural que sea, seguro tendrás muchas preocupaciones y millones de preguntas. Pero si decides probar la lactancia materna, ten la seguridad de que con un poco de paciencia, una planificación inteligente y una resolución firme, tendrás más posibilidades de éxito.
El día de hoy queremos compartir 3 consejos sencillos que seguro te ayudarán.
Casi todos los problemas de las madres lactantes se resumen con una palabra: incomodidad. Muchas madres descubren de pronto que los lugares preferidos de su hogar son sumamente incómodos para amamantar. ¿Por qué? Porque generalmente son superficies duras que no están diseñadas para que amamantes a plenitud, con nulo soporte lumbar para tu espalda, brazos y pies.
Por ello necesitas un espacio designado solo para tí; un refugio de comodidad que te permita sentarte (o recostarte) por más de 5 minutos sin odiarlo. Para crear este “palacio de comodidad” necesitas lo siguiente:
Una vez que hayas establecido este espacio, ¡estás lista para disfrutar de tu pequeño tantas veces necesites al día! Como tip extra, te recomendamos mantener cerca toallitas y discos de hidrogel para aliviar cualquier dolor.
Podría interesarte: Problemas y dolores en los pezones durante la lactancia
Ahora que ya estás cómoda y lista para empezar a amamantar, ¡es momento de optimizar la forma en la que acomodas a tu bebé! Nosotros te recomendamos el uso de cojines de lactancia, como Boppy, pues te permiten colocarlo en una posición conveniente en relación con tus pechos.
Estos cojines puedes colocarlos alrededor ti, justo por debajo de tus pechos. Así tu bebé se encontrará a una altura adecuada que evitará que te encorves o necesites acercarlo constantemente, además de brindar alivio a tus brazos y espalda.
Estas almohadas están compuestas, por materiales hipoalergénicos de alta calidad, por lo que son suaves y seguras para tu pequeño. Boppy, por ejemplo, cuenta con un relleno especiales que mantienen su forma, lo cual extiende su utilidad por mucho tiempo.
Los estudios indican que un bebé te pedirá el pecho aproximadamente de 8 a 12 veces al día, como mínimo. Sin embargo, antes de que empieces a tomar litros y litros de agua para no deshidratarte ni afectar tu producción de leche, queremos revelarte que esta relación es más compleja que solo el tomar mucha agua, igual a producir mucha leche.
Mientras que la deshidratación puede afectar tu capacidad de producir leche, lo mismo ocurre con la sobrehidratación, ya que tu cuerpo empieza a desechar agua por la orina para balancearse. Irónicamente, este proceso también desecha el agua que se almacena en tu pecho.
Por eso, nuestro consejo es más moderado: toma un vaso de agua, antes o después, de que des tu pecho. De esta forma podrás mantener tus niveles de hidratación en la normalidad y no tendrás que preocuparte por labios partidos, dolores de cabeza o mareos, ni tampoco por cargar una garrafa de agua todo el día.
Podría interesarte: La importancia del vínculo durante la lactancia
Para finalizar, te presentamos dos situaciones que te ayudarán a determinar el qué tan hidratada estás: