Aquí cómo y cuándo debes darle alimentos sólidos a tu bebé, para impulsar su desarrollo.
¿Sabías que, durante los primeros dos años de tu pequeño, hasta el 75 % cada comida está destinada para el desarrollo de su cerebro? Es por esto que los alimentos sólidos son tan esenciales para el desarrollo de tu pequeño. ¡Solo así puede tener las bases suficientes para que pueda alcanzar todo su potencial más adelante!
Sin embargo, no se trata solo proporcionarle a tu bebé todos los nutrientes correctos en sus alimentos, sino de saber cuál es el momento adecuado. Aquí te presentamos cuándo es el momento correcto para introducir a tu bebé a sus primeras comidas sólidas y por qué esto es tan importante.
Desde que tu bebé llega al mundo, entre llantos y pataleos, hasta que cumple los 6 meses de edad, lo único que requiere para crecer y desarrollarse sanamente, a menos que tu doctor indique lo contrario, es tu leche materna.
No antes de que cumpla sus primeros 6 meses. Aunque es muy común ver que tu bebé mueve sus manos cerca de su boca, como si estuviera pidiéndote más comida, estos movimientos solo son señal de que tiene un mejor control psicomotor de sus manos. Si tu doctor no lo prescribe, evita darle alimentos líquidos o semisólidos como fórmulas, tés, agua, jugo o avena.
No obstante, existen varias opciones que te pueden ayudar a impulsar a tu bebé con su alimentación y su desarrollo. Por ejemplo, a partir de los 4 meses, puedes introducir a tu pequeño al uso de vasos entrenadores, los cuales disminuyen la dependencia a tu pecho o los biberones, de una forma sana.
Existe el mito de que puedes acelerar el proceso de introducción de alimentos sólidos en tu bebé, al alimentarlo con leche materna frecuentemente u ofreciéndole alguna fórmula especial. De esta manera, tu bebé podrá empezar con sólidos mucho antes y su crecimiento se beneficiará con nutrientes de calidad, antes de que su metabolismo acelere su desarrollo.
Sin embargo, según la UNICEF, esta práctica no tiene ningún impacto positivo en el crecimiento de tu bebé. Al contrario, puede ser dañina pues incrementa el riesgo de que sufra alguna enfermedad como diarrea y malnutrición,
También existe el mito de que si tu bebé es varón necesita ser amamantado por más tiempo que si se tratara de una niña. Sin importar el género, todos los bebés requieren alimentarse con la misma cantidad de leche materna para crecer sanos, fuertes e inteligentes.
Cuando tu bebé cumple los 6 meses de edad, su desarrollo y crecimiento se acelerarán vertiginosamente. Esto significa que su alimentación deberá proporcionarle la mayor cantidad de nutrientes posibles durante las comidas y para ello la leche materna, aunque continúa siendo útil y podrás continuar amamantando a tu bebé, ya no será suficiente.
Una forma fácil, práctica y divertida de comenzar a introducir alimentos sólidos como papillas, purés y más, es a través de sets de alimentación. Estos incluyen platos, cucharas y vasos entrenadores, diseñados específicamente para cuidar a tu bebé, De esta forma, tú solo tendrás que dedicarte a disfrutar del momento.
Apenas notes que tu bebé de 6 meses comienza a hacer señales de que está insatisfecho, como llevarse las manos a la boca o estirar sus brazos hacia tu pecho o su mamila, empieza a alimentarlo, dos veces al día, con 2 o 3 cucharadas grandes de comida suave. Una excelente opción puede ser la avena preparada o la papilla de verduras y frutas caseras, Si puedes, continúa amamantando a tu bebé.
Si por indicaciones de tu pediatra, o decisión propia, alimentas a tu bebé con fórmula o leche materna en biberón, aún así, el mejor momento para introducir a los alimentos sólidos es cuando cumpla 6 meses.
Existen bebés que, por su carácter inquieto, suelen presentar resistencia a ser alimentados con sólidos. Además de que es recomendable que tu bebé siempre se encuentre seguro a la hora de la comida en su silla alta, es esencial que insistas con este tipo de alimentos apenas tu bebé cumpla los 6 meses.
Como te comentamos arriba, la leche materna y la mayoría de las fórmulas ya no son suficientes para dotarlo de la energía o los nutrientes extra que necesita para ganar peso de manera sana, lo cual puede frenar su crecimiento y debilitarlo.