El contacto con la madre es una necesidad primaria del recién nacido, lo que favorece su desarrollo emocional y cognitivo
Un buen vínculo inicial garantiza confianza y seguridad
Durante nueve meses tu hijo ha vivido en simbiosis contigo. Ahora, él todavía necesita percibir tu cercanía física para tener confort y sentirse protegido. Este contacto hace que tu hijo crezca tranquilamente, sentando las bases para convertirse en un adulto feliz, independiente y resistente.
El apego madre-hijo es importante para ambos
En el recién nacido, la proximidad con la madre es fundamental porque influye en el correcto desarrollo de las áreas del cerebro responsables del aprendizaje y la capacidad de adaptarse y responder al estrés. El apego también es preciso para la mamá porque activa los circuitos del cerebro responsables del cuidado de la descendencia, de la empatía y del control de la ansiedad.
Abrazados y protegidos de los primeros días de vida
El vínculo entre madre e hijo se desarrolla naturalmente también gracias al hábito de cargar a su pequeño pegado al cuerpo. El babywearing —literalmente “traer puesto al bebé”— favorece no solo el crecimiento emocional y cognitivo del niño, sino también su correcto desarrollo físico.
Con el babywearing, la postura es natural y fisiológica
¿Cuáles son las razones para llevar al bebé en un canguro? Un canguro adecuado, que envuelve al bebé perfectamente adhiriéndolo al cuerpo de la madre, además de fomentar el abrazo y el contacto constante, promueve el desarrollo adecuado de la articulación de la cadera, apoya la espalda y mantiene el cuello y la cabeza en la posición correcta, dejando libres las vías respiratorias.