Juegos y ejercicios de psicomotricidad para cada etapa de la infancia.

Los mejores ejercicios para crecer jugando

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Moverse es bueno, a cualquier edad. Los bebés y niños aprenden a través del juego, desarrollando no solo habilidades motoras, sino también sociales, emocionales y cognitivas. De hecho, la participación regular en ejercicios de motricidad favorece la salud cardiovascular, el desarrollo óseo saludable, la calidad del sueño, el mantenimiento del peso y, en general, el bienestar y el desarrollo integral.

Por eso se habla de psicomotricidad, una actividad que debería fomentarse desde el nacimiento para apoyar un desarrollo saludable en los niños. En este artículo analizaremos los mejores ejercicios de psicomotricidad para diferentes etapas de la infancia, incluidos niños y niñas en edad preescolar, ofreciendo una guía práctica para apoyar y estimular su desarrollo de manera completa y enfocada.

El desarrollo psicomotor y su importancia en cada etapa de la infancia

El desarrollo psicomotor es el proceso mediante el cual los niños adquieren habilidades motoras y cognitivas a través de la interacción con el entorno. Este proceso es fundamental para su bienestar integral, ya que involucra cuerpo y mente, y es único para cada niño y niña.

Precisamente porque cada proceso es único y diferente, hoy en día se prefiere hablar de “fases del desarrollo psicomotor” en lugar de “etapas”, con el fin de reflejar una visión más flexible respecto a los tiempos de maduración y a las formas en que se adquieren las habilidades, reconociendo la individualidad de cada persona.


Veamos ahora qué ejercicios y juegos se pueden realizar durante las distintas fases para apoyar y favorecer el desarrollo psicomotor.

Los mejores ejercicios y juegos de psicomotricidad para bebés (0-12 meses)

La actividad física y el juego son fundamentales para el desarrollo del bebé y deben practicarse todos los días. Durante el primer año de vida, los bebés aprenden a levantar la cabeza, girar, sentarse, gatear, ponerse de pie y, eventualmente, a caminar. Para desarrollar todas estas habilidades, existen ejercicios y actividades que siempre deben realizarse siguiendo las recomendaciones del pediatra. Los más conocidos y recomendados son:

  • Tummy time (tiempo boca abajo): este término se refiere al tiempo que el bebé pasa despierto acostado boca abajo. Este ejercicio de psicomotricidad es clave porque ayuda a desarrollar los músculos del cuello, la cabeza y la parte superior del tronco, además de estimular y entrenar la vista, preparándolo para sentarse, gatear y pararse cuando sea más grande. Esta posición también le brinda una perspectiva distinta del entorno, lo cual es estimulante tanto a nivel visual como cognitivo. Durante el tummy time, para estimular y entretener al bebé, son muy útiles los tapetes de juego y los gimnasios para bebés con juguetes colgantes. Es muy importante que el bebé esté siempre acompañado por un adulto durante esta actividad y nunca se le debe dejar solo.
  • Estiramientos y movimientos de brazos: los movimientos de brazos y actividades de estiramiento ayudan al bebé a desarrollar coordinación y fuerza muscular. Algunos ejercicios útiles y sencillos incluyen mover sus brazos suavemente en círculos o estirarlos hacia arriba y hacia abajo, mejorando así su flexibilidad y fuerza. Los juguetes con sonajas, los gimnasios, móviles de cuna y juguetes colgantes (incluso los que se colocan en las sillas reclinables) animan al bebé a estirarse y agarrar, fortaleciendo los músculos de los brazos y las manos, esenciales para moverse y explorar en los meses siguientes.
  • Contacto visual: en los primeros meses, uno de los primeros juegos de psicomotricidad para hacer en casa es establecer contacto visual (y también auditivo), haciendo que el bebé siga con los ojos y la cabeza los movimientos de mamá o papá. Esto ayuda a fortalecer los músculos del cuello y a desarrollar el control de la cabeza, útiles para la percepción y orientación en el espacio.
  • Variedad de objetos: es importante ofrecer juguetes y objetos que generen distintos estímulos, variando los materiales (madera, plástico, cartón, tela...), las texturas (áspero, liso, blando, frío...) y que le permitan experimentar diferentes sensaciones táctiles, sonidos y pesos. Los juguetes con sonidos y colores llamativos son excelentes para estimular los sentidos del bebé, captar su atención e incentivarlo a mover sus brazos y seguir objetos con la mirada. También se pueden utilizar juguetes diseñados para desarrollar la atención, con estímulos musicales y luces que ayuden al bebé a mejorar su capacidad de concentración y a enfocarse en la actividad de juego.

Actividades, juegos y ejercicios para niños pequeños (1-3 años)

Durante los primeros 3 años de vida, los niños y niñas crecen de manera sorprendente, adquiriendo constantemente habilidades nuevas y emocionantes. Para apoyar lo más posible su desarrollo, es importante ofrecerles actividades, juegos y ejercicios de psicomotricidad adecuados. Por ejemplo:


  • Actividades de equilibrio y coordinación: se puede comenzar con ejercicios sencillos, como subir y bajar escaleras, tomados de la mano o sujetándose del barandal al principio, para mejorar la coordinación y el equilibrio. También se pueden armar pequeños circuitos en casa con objetos disponibles, o usar kits especialmente diseñados como el kit predeportivo de Chicco, asegurándose siempre de crear un ambiente seguro. Existen también juegos pensados para trabajar el equilibrio, como los montables.
  • Juegos de manipulación: usar crayones, resolver rompecabezas simples, apilar objetos o juegos de encastre son actividades ideales para ayudar a los niños a manipular objetos pequeños, estimulando la creatividad, mejorando la motricidad fina (es decir, la coordinación de los músculos pequeños de manos, muñecas y dedos) y la coordinación ojo-mano.
  • Ejercicios de imitación y juegos de rol: imitar situaciones cotidianas, como cocinar o cuidar de una muñeca, así como simplemente imitar movimientos como cantar dando palmadas o bailar con mamá o papá, son perfectos para desarrollar las habilidades sociales y cognitivas del niño o la niña.

Es importante supervisar siempre al niño o niña durante estas actividades, para poder ayudarlos en caso necesario, sin sustituirlos, y manejar de la mejor manera posibles caídas o imprevistos mientras exploran el mundo que los rodea.

Las mejores actividades y juegos de psicomotricidad para niños en edad preescolar (3-5 años)

Los niños en edad preescolar, entre los tres y cinco años, atraviesan una etapa crucial de su desarrollo, en la que adquieren habilidades sociales, cognitivas y emocionales. Involucrarlos en juegos y ejercicios de psicomotricidad específicos puede ayudar a estimular su aprendizaje y crecimiento. Aquí tienes algunas ideas de actividades que favorecen su desarrollo en esta etapa:


  • Juegos de movimiento: crear circuitos con cojines, pequeños obstáculos y túneles donde los niños puedan correr, saltar y trepar (de forma segura) ayuda a desarrollar la coordinación motriz y el equilibrio. Los ejercicios y juegos con pelota también mejoran la coordinación ojo-mano y la fuerza física. El baile es otra forma divertida de trabajar el sentido del ritmo, la coordinación y la expresión personal.
  • Actividades de precisión: hacer collages, manipular materiales diferentes, puntear o rasgar papel, así como dibujar y comenzar a familiarizarse con letras y números, son actividades ideales para desarrollar la motricidad fina, la creatividad y la coordinación ojo-mano. Los rompecabezas también son excelentes para fomentar la capacidad de resolución de problemas. Se pueden crear juegos de precisión con materiales que se tienen en casa, como plastilina, pasta gruesa o botones para hacer collares. Lo importante es que los materiales sean seguros y que el niño no esté solo mientras juega.
  • Juegos en equipo y cooperativos: seguir reglas, compartir y trabajar en grupo son habilidades muy importantes para cualquier ser humano, y vale la pena comenzar a desarrollarlas antes de que inicien la escuela.
  • Juegos de rol: alentar a los niños a jugar a roles ayuda a desarrollar aún más sus habilidades sociales y emocionales, además de su creatividad. Inventar juegos simbólicos o repetitivos que se expandan en escenarios más complejos también les ayuda en su desarrollo cognitivo y social. Animarlos a representar historias que se les leen, creando versiones alternativas e imaginativas, favorece la ampliación del vocabulario, la comprensión y las habilidades narrativas.

Estas actividades, adaptadas a nuevas necesidades, también son útiles para niños y niñas más grandes. Sin embargo, hay que considerar que, a partir de los 6 años, todo empieza a cambiar: comienza una organización más compleja de las percepciones corporales, pasando de una percepción externa (ver, tocar, oír) a un proceso de interiorización. Los niños desarrollan una mayor conciencia de las partes de su cuerpo y del yo, percibiendo su cuerpo como una unidad simétrica y reconociendo dominancias de mano, pie, ojo y oído.

Un hogar para crecer

Todas las actividades descritas anteriormente deben realizarse bajo la supervisión atenta de un adulto y en un espacio adecuado para crecer y explorar con total seguridad. Es decir, ¡en una casa a prueba de niños! Crear un espacio seguro y estimulante donde puedan crecer y explorar es posible si se siguen algunos consejos:


  • Los juguetes deben estar pensados para la edad del niño o niña, ser capaces de estimular los sentidos con texturas, colores, sonidos y otros detalles, además de estar organizados en contenedores accesibles. Muchos expertos recomiendan los juguetes inspirados en el Método Montessori, ideales para ayudarles a desarrollar el pensamiento lógico, la orientación, la creatividad y las habilidades lingüísticas de forma autónoma, gracias a su enfoque autocorrectivo.
  • El espacio debe ser seguro, pero explorable: el piso debe ser adecuado para el juego y los primeros intentos de moverse de forma autónoma, estimulando también desde el punto de vista sensorial. Deben existir áreas seguras para gatear o trepar, utilizando cojines y otros objetos. Es importante prestar atención a esquinas, enchufes, cables y objetos peligrosos.
  • El juego es importante, pero también lo son el descanso y la calma. Por eso, cada niño o niña debe tener acceso a espacios donde pueda tomar una pausa del movimiento o de las actividades en grupo.
  • Crecer implica riesgos, y por eso el espacio debe estar pensado para permitir juegos, ejercicios y circuitos de psicomotricidad siempre bajo la mirada atenta de un adulto responsable.
  • El pediatra o un psicomotricista puede evaluar el desarrollo psicomotor del niño o niña con herramientas especializadas, y ofrecer a los padres recursos prácticos, claves de interpretación y apoyo para observar, estimular y comprender el comportamiento de su hijo o hija.

Además de crear un entorno seguro y estimulante, es fundamental recordar que cada niño es único, con sus propios tiempos y dinámicas. ¡Sé paciente y permite que tu hijo o hija explore y aprenda a su propio ritmo!


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