Encuentra algunos consejos para volver al trabajo con tranquilidad.
Uno de los momentos en los que una madre siente el sentimiento de culpa en sí misma es la vuelta al trabajo tras la maternidad. Por nuestra experiencia escuchando a diferentes madres alrededor del mundo, este sentimiento no cambia aunque sea esperado y deseado. Veamos cuales son las causas y cómo deshacerse del sentimiento de culpa con algunos consejos prácticos de los expertos Chicco.
¿Cuáles son las causas de la culpa hacia los niños?
Nuevas dudas y preguntas se suman a la cabeza de una madre: si el niño es demasiado pequeño para quedarse sin ella, si estará bien y si el tiempo que le quita a compartir tendrá consecuencias en sus desarrollo emocional. Además, los ritmos de la sociedad actual, que invitan a la multitarea, elevan cada vez más el listón hacia la multitud de cosas por hacer y la lucha contra el tiempo disponible, aumentando el cansacio. Una madre trabajadora debe garantizar profesionalidad, presencia y eficiencia. En el hogar debe ser igualmente centrado, nutritivo y presente. A veces, es demasiado.
Mamá y trabajo: equilibrio con sentido del deber
Es importante conocer las expectativas sociales que se desarrollan en torno a la figura de la mujer/madre para no ser víctima de ellas. Debemos encontrar el equilibrio con el sentido del deber que acompaña la vuelta al trabajo siendo conscientes de las responsabilidades asumidas y de su importancia o impacto, podemos encontrar el tiempo para escuchar nuestras emociones preguntándonos si lo que “tengo que hacer” nos hace sentir emocionalmente bien y redimensionar las preguntas de los demás y las propias.
Consejos prácticos para manejar la culpa
Aquí hay algunos consejos para mamás primerizas, útiles para lidiar y manejar el sentimiento de culpa al regresar al trabajo:
Confía en la capacidad de adaptación de tu hijo: Los bebés tienen una gran adaptabilidad, si los ves llorando en el momento de la despedida, no será así todo el tiempo. Confía en que vivirán momentos de ocio y serenidad incluso sin tu presencia y que quienes los cuidan podrán consolarlos adecuadamente.
Acepta el cambio: date cuenta de que a veces las cosas no saldrán como las planeaste. Tu bebé puede tener fiebre y requerir tu presencia, en otros momentos tendrás que permanecer más tiempo en la oficina. Esto te permitirá desarrollar una actitud de no juzgarte a ti misma, lo que te ayudará a no dejarte influenciar demasiado por el juicio de los demás.
Piensa con tiempo en quién cuidará a tu bebé cuando estés en el trabajo: elige la solución que te haga sentir más serena, si estás tranquila en delegar el cuidado de tu bebé, la vuelta al trabajo será más fácil de gestionar y te será más seguro.
Dedícale un tiempo exclusivo a tu bebé: a la vuelta del trabajo, abrázalo, haz que el placer de encontrarse sea motivo de alegría y de consuelo.
Haz que el desapego sea gradual: primero pequeños momentos, luego intervalos cada vez más largos hasta llegar al tiempo que pasarás fuera de casa por trabajo. Ambos se adaptarán a la ausencia del otro.
Revisa tu ideal como madre: acéptate, toma conciencia de tu valor, reduce las expectativas y deja de lado la idea de poder controlarlo todo.