Haciendo tiempo para la pareja: ¿cómo hacerlo?

Cuántas veces hemos leído que en los primeros meses después del nacimiento de un hijo hay que adaptarse a los cambios porque de dos se hace tres o cuatro; cuántas veces nos han dicho que no olvidemos que también somos pareja y no solo padres. Conocemos estos consejos, pero ponerlos en práctica no es fácil, así que aquí tienes algunos consejos que pueden ser útiles para aprender a hacer tiempo para ti y tu pareja.

Dese tiempo y obtenga ayuda de personas de su confianza

En primer lugar, recordando que es necesario darse tiempo para absorber la noticia, es posible que uno de los dos padres aún no esté listo para separarse, aunque solo sea por unas pocas horas del niño. Forzar tu mano es contraproducente porque no hay forma de hacer algo sin querer para experimentarlo mal, lo mismo es cierto para elegir a quién dejarlo. Podemos aprovechar la valiosa ayuda de los abuelos, familiares o niñeras, pero son personas en las que confiamos, para no arriesgarnos a estar en un restaurante o de viaje y simplemente con ganas de volver a casa.

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Elija el momento más adecuado juntos

El segundo es compartir: debemos afrontar el cambio juntos porque juntos nos convertimos en padres. Evite sentirse en competencia para encontrar una nueva complicidad, por ejemplo, decidiendo salir juntos después de haber dejado al bebé en casa. Suele ser más fácil si la salida es por un compromiso que no se puede postergar (prevalece el sentido del deber), pero si es para una cena, ¡ay que esfuerzo! Si se comparte la decisión, es más fácil hacerla realidad. Aprovechamos un aniversario o cumpleaños al principio, y luego salimos incluso en días normales por el placer de estar juntos.

Tomarse el tiempo para hacer algo que amamos hacer

Animarse y apoyarse mutuamente es entonces el tercer consejo para que todos puedan encontrar algo de tiempo para dedicarse a sí mismos. Ya sea en la peluquería o en la cancha de fútbol, ​​sabemos que los momentos de ocio permiten volver a la familia con renovado entusiasmo y energía y mayores ganas de encontrarse en pareja para no perder cercanía física, mimos y abrazos.

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La importancia de dejar espacio para el diálogo

Finalmente, el diálogo no puede faltar porque una buena comunicación aclara malentendidos, permite compartir emociones o inquietudes que, de no ser contadas, pueden convertirse en piedras pesadas en el corazón. A veces, una banalidad puede convertirse en una pelea inútil que quita energía y baja el ánimo.