Cómo extraer y almacenar correctamente la leche materna

Métodos y tiempos correctos para extraer la leche.

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Aunque la succión directa del bebé al pecho es la mejor forma de alimentar con leche materna, hay situaciones en las que esto no es posible.

La extracción y conservación de la leche materna son prácticas esenciales para muchas madres lactantes, ya que ofrecen flexibilidad y garantizan que el bebé continúe recibiendo los beneficios de la leche materna incluso en ausencia de la madre.

En este artículo veremos cómo realizar la extracción de leche, cómo conservarla correctamente y algunos consejos clave para que todo funcione de la mejor manera posible, tanto para la madre como para el bebé.

¿Cuándo y con qué frecuencia extraer la leche materna?

La frecuencia y el momento adecuado para extraer la leche materna dependen de las necesidades individuales y de la rutina de lactancia del bebé.

Muchas madres encuentran útil extraer la leche aproximadamente una hora después de la toma, cuando los pechos se han vuelto a llenar, pero aún no están demasiado llenos. Algunas mujeres producen más leche por la mañana, lo que convierte ese momento en ideal para la extracción.

Para mantener la producción de leche, se recomienda extraerla cada 2–3 horas, especialmente si se está lejos del bebé.

Si se amamanta con regularidad, extraer la leche una o dos veces al día puede ser suficiente para crear una reserva.


Las situaciones más frecuentes en las que puede ser necesario y útil extraer leche materna son:

  • Nacimiento de un bebé prematuro o separación de la madre inmediatamente después del parto por exámenes o cuidados especiales.
  • Alimentación de un bebé con dificultades para coordinar la succión o que tiene problemas para agarrarse al pecho.
  • Alimentación de un bebé con bajo peso o con alguna enfermedad que le impide succionar.
  • Separación temporal de la madre por trabajo, enfermedad o necesidades personales.
  • Mantenimiento de la producción de leche cuando madre e hijo están separados.
  • Vaciado de un pecho excesivamente lleno para facilitar que el bebé se agarre al pecho.
  • Alivio de una obstrucción mamaria, conducto galactóforo bloqueado o estancamiento de leche.
  • Presencia de dolor en los pezones, grietas, pezones planos o invertidos, como apoyo temporal para reducir las molestias.
  • Alimentación de más de un bebé en caso de nacimiento múltiple.

Extraer leche: ¿qué sacaleches elegir?

Para extraer la leche materna se puede utilizar el método de extracción manual o un sacaleches, ya sea manual o eléctrico.


La elección del método depende de varios factores, como el tiempo durante el cual será necesario extraer leche, la frecuencia diaria de uso, el entorno donde se realizará la extracción y las preferencias de la madre.


La extracción manual es el método más natural, ya que no requiere la compra de ningún aparato. Sin embargo, requiere aprender una técnica adecuada, que debe ser explicada y enseñada por personal competente y con experiencia.

Si la extracción se realiza de forma ocasional, por ejemplo en caso de una separación puntual de la madre y el bebé, se puede usar un sacaleches manual, ya que es práctico y no necesita electricidad.


Si en cambio se requiere una extracción más frecuente durante el día y por un periodo prolongado, será mejor optar por un sacaleches eléctrico, más cómodo y eficiente.


Si la madre necesita usar el sacaleches a diario y de forma regular —especialmente en el periodo inicial, cuando puede ser necesario extraer leche hasta 7 u 8 veces al día (el equivalente a las tomas del recién nacido en 24 horas)—, entonces lo más recomendable es usar un sacaleches eléctrico doble, que permite recolectar más leche en menos tiempo, dejando a la madre más espacio para descansar o pasar tiempo con su bebé.


El entorno de uso también es importante: por ejemplo, si la madre vuelve al trabajo pero desea continuar con la lactancia materna, un sacaleches portátil, compacto y silencioso puede ser la mejor opción.

Además, es importante destacar que los sacaleches no se diferencian solo por el tipo de alimentación (manual o eléctrico), sino también por el tipo de copa.

¿Cómo usar el sacaleches?

Cuando se utiliza el sacaleches, es importante extraer la leche con un nivel de succión cómodo y similar al del bebé: con extracciones cortas y rápidas al principio, seguidas de extracciones más largas y lentas.

En el sacaleches manual, esta regulación de intensidad y ritmo se realiza directamente mediante la palanca.

Los sacaleches eléctricos suelen estar equipados con doble modo, de estimulación y de extracción.

Durante la extracción, puede ser útil preparar el entorno: busca un lugar con privacidad, luz suave y una silla cómoda.

La cercanía con el bebé puede ayudar, ya que la vista, los sonidos y el olor del recién nacido favorecen el flujo hormonal.

Respirar profundamente, visualizar algo que transmita calma y bienestar, o escuchar música relajante también son consejos útiles.

Y no lo olvides: ¡reír también ayuda! La risa estimula la liberación de oxitocina, la hormona que favorece la bajada de la leche.


Aquí tienes algunas recomendaciones para optimizar la extracción y recolección de leche:

  • Masajear el pecho con las manos limpias durante 1–2 minutos antes de empezar.
  • Ajustar la velocidad del sacaleches según lo que resulte cómodo, y colocar correctamente la copa, de forma que no cause molestias. No debe doler.
  • Continuar la extracción hasta que el pecho esté bien drenado, blando, o en cualquier caso, no más allá de los 15 minutos por pecho.

¿Cómo conservar la leche materna recién extraída?

Conservar correctamente la leche materna recién extraída es fundamental para preservar su calidad y sus beneficios nutricionales.

Después de la extracción, la leche materna fresca debe conservarse de la siguiente manera:

  • A 25°–37 °C: hasta 4 horas
  • A 15°–25 °C: hasta 8 horas
  • A menos de 15 °C: hasta 24 horas
  • No conservar a temperaturas superiores a 37 °C

La leche extraída también puede conservarse en el refrigerador. La leche refrigerada se mantiene a 2°–4 °C hasta 8 días, en la parte más fría del refrigerador.

Dado que muchos refrigeradores no mantienen una temperatura constante, es preferible usar la leche en un plazo de 3 a 5 días o congelar aquella que no se vaya a usar dentro de los 5 días.

La leche materna puede congelarse y conservarse en el congelador según estas condiciones:

  • En el compartimento congelador de un refrigerador simple: hasta 2 semanas
  • En el congelador de un frigorífico con congelador separado: hasta 3 meses
  • En un congelador separado de baja temperatura: hasta 6 meses
  • Una vez descongelada lentamente en el refrigerador: se puede conservar 24 horas (no volver a congelar).


¿Cómo descongelar correctamente la leche materna?

Cuando estés lista para usarla, es importante descongelar la leche de forma adecuada:

  • Traslada el recipiente al refrigerador para una descongelación lenta
  • O utiliza un calientabiberones con ciclo lento

Evita el microondas y el baño maría con agua hirviendo, ya que podrían destruir nutrientes importantes y generar zonas calientes peligrosas.

Antes de ofrecer la leche al bebé, agita suavemente el recipiente para mezclar las capas que puedan haberse separado.


Recomendaciones generales para conservar la leche materna:

  • Usa recipientes específicos para leche materna, de material ligero, esterilizable y con cierre hermético, para proteger los nutrientes y garantizar la máxima higiene.
  • Etiqueta cada recipiente con la fecha de extracción y utiliza siempre primero el más antiguo.